Raíces, Arquitectura y Alma

Un Recorrido Entre Rioja y Bilbao

TRAVEL AND WINE

7/11/2025

Donde La Historia Se Respira y El Vino La Narra

Hay regiones que se exploran con los sentidos, pero se recuerdan con el alma. Rioja y Bilbao son una de ellas. Un territorio donde el vino no solo se bebe, se recorre, se huele, se contempla. Un equilibrio perfecto entre grandes casas históricas, pequeños productores con visión, colinas que resguardan siglos de viticultura y una ciudad que ha sabido transformarse sin perder su esencia.

Bilbao: Entre Acero, Arte y Gastronomía

La ciudad vasca sorprende con su arquitectura contemporánea, su elegancia industrial rediseñada y su energía vibrante. Para quienes comienzan aquí su viaje enológico, Bilbao ofrece un primer bocado de lo que vendrá: gastronomía de altísimo nivel y una cultura visual que educa la mirada.

Desde el minimalismo creativo de Nerua, el restaurante estrella del Museo Guggenheim, hasta la calidez castiza de La Viña del Ensanche, donde el jamón ibérico y el vino local conviven con naturalidad, Bilbao se saborea tanto como se recorre.

Rioja: Entre Colinas, Viñedos y Memoria Líquida

A medida que la ruta avanza hacia el corazón vitivinícola de Rioja, el paisaje se transforma: viñedos de suelos pobres, colinas suaves, pueblos que parecen susurrar historias al viento.

Entre Nobleza y Cercanía: Dos Visiones de Alta Gama

Marqués de Murrieta

Majestuosa, técnica, impecable. La visita a Marqués de Murrieta es un viaje por la precisión, la arquitectura del vino y la gastronomía elevada. Cada rincón habla de grandeza contenida, de historia bien contada. El restaurante propone maridajes que honran la estructura de sus vinos, en un entorno que respira herencia y vanguardia.

Marqués de Vargas

Muy cerca, y con una propuesta diferente, Marqués de Vargas ofrece una hospitalidad profesional y cercana. La visita guiada permite una inmersión real en los procesos, en el viñedo, en las personas que sostienen cada etiqueta. Una bodega que, sin perder elegancia, privilegia el diálogo y la experiencia emocional.

San Vicente de la Sonsierra: Piedra, Silencio y Viña

San Vicente no necesita presentaciones ampulosas. Es uno de esos lugares donde todo sucede con suavidad, pero deja huella. Su castillo, su puente medieval, sus casas de piedra y su iglesia milenaria no son solo postales: son testigos del devenir vitivinícola de una región que aprendió a trabajar con lo que la tierra da, sin artificio.

Los viñedos que rodean San Vicente son antiguos, muchos en vaso, plantados en suelos pobres y expuestos al viento. El clima riguroso, la altura y la orientación hacen de este rincón un lugar de concentración, de estructura, de identidad. Aquí nacen vinos profundos, longevos, que parecen hablar en voz baja, pero con autoridad.

En los últimos años, pequeños productores como José Gil han vuelto a poner en valor este paisaje, trabajando con mínima intervención, buscando la pureza, dejando que sea el viñedo quien lleve la palabra. San Vicente emociona porque es auténtico. Porque no necesita más que ser fiel a sí mismo.

Rituales Del Vino: Tapeo y Tradición

La gastronomía en Rioja es inseparable del vino. Ya sea en un bodegón clásico de pueblo o recorriendo los bares de la mítica Calle Laurel, cada tapa tiene su copa. Y cada copa, su historia. Porque en esta región, el maridaje no es una técnica: es una forma de vivir.

Barrio de la Estación: Origen, Industria y Leyenda

Más allá de su belleza arquitectónica y la calidad de sus bodegas, el Barrio de la Estación tiene un peso simbólico y estratégico fundamental en la historia del vino español. En el siglo XIX, este pequeño enclave de Haro se convirtió en epicentro del comercio y la distribución del vino gracias a la llegada del ferrocarril.

La conexión ferroviaria permitió que los vinos de Rioja viajaran más allá de sus fronteras naturales, llegando a mercados como Burdeos, afectado en ese momento por la filoxera. Fue en estas calles donde se comenzaron a construir las grandes naves de crianza, donde se adoptaron métodos bordeleses, y donde la madera y el tiempo se convirtieron en pilares de una nueva identidad vinícola.

Hoy, caminar por el Barrio de la Estación es caminar por los cimientos de una industria. Las bodegas mantienen sus fachadas originales, sus calados, sus salas de tonelería, sus tradiciones centenarias. Pero también han sabido renovarse, ofreciendo experiencias contemporáneas que dialogan con su legado. En ningún otro lugar de Rioja la historia y la innovación conviven con tanta naturalidad.

López de Heredia

Fundada en el siglo XIX, sigue siendo una referencia de coherencia y legado. Sus vinos, su arquitectura, sus toneles y su ritmo lento forman parte de una estética atemporal.

Muga

Equilibrio entre tradición e innovación, Muga combina calidad, volumen y reputación internacional. Una bodega que ha sabido sostener su discurso a lo largo de generaciones, sin perder conexión con su origen.

Baigorri: Arquitectura que Baja al Corazón del Vino

Construida en la ladera de una montaña, Baigorri es una bodega que se vive de arriba abajo: siete niveles subterráneos que descienden en armonía con la gravedad, la estética y el silencio. Allí, la sala de barricas con su bruma constante genera una atmósfera íntima. El restaurante, enclavado en este corazón de acero y piedra, ofrece una propuesta gastronómica afinada, precisa, perfectamente maridable con los vinos de la casa.

Además, su espacio de exposiciones fotográficas y el diseño del visitor centre invitan a quedarse, mirar, descubrir.

La Emoción De Lo Pequeño: Identidad Sin Artificio

Artuke

Con una mirada moderna sobre los suelos y las microzonas, Artuke produce vinos vibrantes, precisos, honestos. Una bodega pequeña que piensa en grande.

José Gil

Desde San Vicente de la Sonsierra, José Gil propone una enología personalísima, minimalista y profundamente conectada al territorio. Sus vinos emocionan desde el silencio, desde la maduración lenta, desde la esencia.

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