Finger Lakes y Nueva York

La belleza de Finger Lakes: Donde el agua y el vino se encuentran

Finger Lakes es una región marcada por once lagos de origen glaciar que no solo embellecen el paisaje, sino que también crean un microclima ideal para el cultivo de uvas. Entre las variedades más destacadas se encuentran el Riesling, el Chardonnay y el Pinot Noir, que reflejan un terruño único con acidez vibrante y perfiles aromáticos complejos.

Bodegas como Dr. Konstantin Frank son pioneras en la zona, introduciendo técnicas europeas que revolucionaron la viticultura local. Aquí, el Riesling alcanza su máxima expresión, con notas cítricas, de durazno y una mineralidad perfecta para maridar con la cocina local. Visitar esta bodega es como viajar en el tiempo, explorando la historia vinícola de Nueva York con vistas espectaculares del lago Keuka.

Bodegas imperdibles en Finger Lakes

• Hermann J. Wiemer Vineyard: Reconocida internacionalmente, esta bodega produce algunos de los mejores Rieslings y Gewürztraminer de la región. Su enfoque biodinámico garantiza vinos equilibrados y respetuosos del entorno. Las degustaciones privadas ofrecen un viaje sensorial que fascina tanto a conocedores como a quienes recién descubren el mundo del vino.

• Ravines Wine Cellars: Esta bodega boutique destaca por sus Pinot Noir y Chardonnay al estilo de Borgoña. Su propuesta hospitalaria incluye experiencias personalizadas de maridaje con productos locales como quesos artesanales y charcutería.

• Red Newt Cellars: Ideal para foodies, esta bodega combina vinos excepcionales con platos creados en su propio restaurante. Su Dry Riesling, con acidez vibrante y notas de frutas tropicales, es el acompañante perfecto para su menú de temporada.

Cada bodega ofrece una experiencia única, pensada para conquistar tanto a expertos como a exploradores curiosos.

El estado de Nueva York no solo es famoso por la energía vibrante de Manhattan o el glamour de los Hamptons; también alberga Finger Lakes, una región vitivinícola que gana reconocimiento mundial por su calidad y autenticidad. Ubicada a pocas horas al norte de la Gran Manzana, Finger Lakes combina la belleza de sus paisajes lacustres con una escena vinícola vibrante y emergente, ofreciendo una experiencia de enoturismo única.

Imagina un lugar donde el vino se convierte en arte, los paisajes te dejan sin aliento y el lujo redefine tus sentidos. Un viaje a esta región puede ser el complemento perfecto para un itinerario que combine lo mejor de la ciudad y el campo: desde una escapada vinícola en Finger Lakes hasta una experiencia de lujo en Manhattan o los Hamptons. Esta es una propuesta para los amantes del vino que buscan combinar exclusividad, gastronomía y paisajes inolvidables.

Nota personal: Hospitalidad y descubrimiento con Christopher Bates, MS

Una visita a Finger Lakes no estaría completa sin mencionar la generosidad y visión de Christopher Bates, Master Sommelier y Chef, cuya profunda conexión con la región me permitió descubrirla de la forma más inspiradora. Gracias a su hospitalidad y mirada aguda, conocí no solo los vinos de Element Winery, donde cada botella refleja precisión y expresión, sino también el alma de Finger Lakes.

Una de las experiencias más memorables fue cenar en F.L.X. Table, uno de sus restaurantes más aclamados. Allí descubrí no solo una técnica impecable, sino una cocina que habla el idioma del terruño local. El menú degustación fue un viaje: íntimo, sorprendente, perfectamente equilibrado, y dejó una impresión duradera sobre lo que esta región puede ofrecer en la intersección entre vino, sabor e innovación.

Conocer a Christopher, compartir historias, degustar sus vinos y ver la región a través de su mirada hizo que esta visita fuera profundamente personal... e inolvidable.

Un toque urbano: Nueva York o los Hamptons

Manhattan: Tras explorar los viñedos de Finger Lakes, regresar a la Gran Manzana es como entrar en otro mundo. Disfrutar de cenas en restaurantes con estrellas Michelin como Eleven Madison Park, donde los vinos de Finger Lakes ya forman parte de la carta, es una experiencia de alto nivel cada vez más apreciada por los sommeliers neoyorquinos.

Los Hamptons: Para cerrar el viaje con broche de oro, los Hamptons ofrecen playas de arena blanca y alojamientos de lujo. Wölffer Estate Vineyard, en Sagaponack, es una parada obligatoria para quienes buscan explorar rosados en un entorno exclusivo. Nada como una copa de Summer in a Bottle al atardecer para despedir la jornada.

Experiencias únicas en Finger Lakes

Más allá de las bodegas, Finger Lakes ofrece actividades que enriquecen la experiencia enoturística. Los paseos en barco privado por el lago Seneca son perfectos para disfrutar una copa de vino mientras se admira el paisaje. También se puede recorrer la región en bicicleta eléctrica, visitando viñedos y pueblos con encanto a lo largo del camino.

Para los amantes de la naturaleza, los senderos del Watkins Glen State Park ofrecen vistas espectaculares de cascadas y cañones: una forma ideal de desconectarse antes de una tarde de catas.

Finger Lakes no es solo un destino: es un viaje que despierta todos los sentidos.

Alojamientos con encanto: Relajarse con estilo

En Finger Lakes, lugares como The Inns of Aurora combinan el encanto histórico con las comodidades modernas. Este resort boutique, ubicado a orillas del lago Cayuga, ofrece actividades como yoga al aire libre, degustaciones privadas y paseos en kayak.

En Nueva York, Aman New York redefine el lujo con suites espaciosas y un spa que invita a la relajación tras días intensos. Para quienes prefieren los Hamptons, Gurney’s Montauk Resort ofrece vistas al mar y servicios exclusivos como cenas privadas frente a la playa.

Finger Lakes y más allá: Una experiencia hecha a medida

Un viaje a Finger Lakes no se trata solo de vino; es una inmersión en paisajes serenos, una conexión con la tierra y un encuentro con la sofisticación que solo Nueva York puede ofrecer. Al combinar lo mejor de esta región vinícola con la energía de Manhattan o el glamour de los Hamptons, este destino se transforma en una experiencia de enoturismo inolvidable.

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